5 errores comunes al elegir un SAI y cómo evitarlos
Cuando decidí comprar mi primer SAI, lo reconozco: no sabía por dónde empezar. Entre tantos modelos, términos técnicos y presupuestos, es fácil cometer errores que podrían afectar tanto la protección de tus equipos como tu bolsillo. Por suerte, después de unos años usando SAIs en casa y en el trabajo, he aprendido a identificar las trampas más comunes que todos podemos evitar.
Hoy quiero compartir contigo los 5 errores más habituales al elegir un SAI y, lo más importante, cómo puedes evitarlos. Si estás pensando en proteger tus dispositivos, este artículo te ahorrará tiempo y posibles disgustos.
1. Subestimar la carga que necesitas proteger
Este es, sin duda, el error más común. Cuando compré mi primer SAI, elegí uno que parecía suficiente para mi ordenador y monitor, pero olvidé incluir otros dispositivos que también necesitaban protección, como el router y la impresora. Resultado: el SAI se sobrecargaba constantemente.
Cómo evitarlo: Haz una lista de todos los equipos que quieres conectar al SAI. Anota el consumo de cada uno en vatios (W), que suele aparecer en las etiquetas de los dispositivos o sus manuales. Luego, suma los valores y añade un margen de seguridad del 20-30%. Por ejemplo, si tu equipo consume 400 W en total, busca un SAI que soporte al menos 500 W.
2. Elegir el tipo de SAI incorrecto (Offline, Interactivo, Online)
No todos los SAIs son iguales. En una ocasión, un amigo me pidió consejo porque su SAI no protegía correctamente su ordenador de picos de voltaje. Resulta que había comprado un modelo offline, cuando necesitaba uno interactivo para su entorno de trabajo.
Cómo evitarlo: Elige el tipo de SAI en función de tus necesidades:
- Offline: Protege contra cortes de luz y picos de tensión. Ideal para dispositivos básicos, como cargadores o luces.
- Interactivo: Añade regulación de voltaje, adecuado para ordenadores, routers y oficinas domésticas.
- Online: La mejor protección para servidores, equipos médicos o instalaciones críticas, ya que elimina cualquier anomalía eléctrica.
3. Ignorar la autonomía del SAI
Otro error típico es no pensar en cuánto tiempo necesitas que tus equipos sigan funcionando durante un corte de luz. Al principio, compré un SAI con solo 5 minutos de respaldo porque parecía suficiente. ¿El problema? En varias ocasiones no me dio tiempo a guardar mi trabajo y apagar todo de manera segura.
Cómo evitarlo: Calcula la autonomía que necesitas en función de tus hábitos y dispositivos. Si solo necesitas unos minutos para apagar tus equipos, un SAI con poca autonomía será suficiente. Sin embargo, si trabajas en un proyecto crítico o tienes equipos que deben mantenerse encendidos más tiempo, busca modelos con baterías ampliables o mayor capacidad.
4. No considerar el entorno donde lo vas a usar
Este error me costó caro cuando instalé un SAI en un lugar con poca ventilación. Las baterías se calentaban más de lo normal, lo que terminó reduciendo su vida útil.
Cómo evitarlo: Antes de comprar un SAI, piensa dónde lo vas a colocar. Los SAIs generan calor, especialmente los de mayor capacidad. Asegúrate de instalarlo en un lugar ventilado y lejos de fuentes de calor o humedad. Además, ten en cuenta el ruido: algunos modelos pueden ser algo ruidosos cuando están en funcionamiento.
5. Comprar solo por precio
Es fácil caer en la tentación de elegir el SAI más barato, pero, como se dice, «lo barato sale caro». Mi primer SAI fue económico, pero pronto descubrí que su calidad dejaba mucho que desear. La batería falló en menos de un año, y tuve que reemplazarlo.
Cómo evitarlo: Piensa en un SAI como una inversión en tranquilidad. No se trata de gastar más de la cuenta, pero tampoco de ahorrar a costa de la calidad. Busca modelos de marcas reconocidas y fíjate en las opiniones de otros usuarios. Un buen SAI puede durarte años si eliges con cuidado.